Personajes secundarios

Cualquier cinéfilo o seriéfilo conoce la importancia que tienen los injustamente llamados ''personajes secundarios''. Tanto ellos como el malo de la película son de gran trascendencia a la hora de dar más interés a la historia que se quiere contar. Cuanto mejores sean los secundarios, mejor es el protagonista. Incluso más de una vez se lo meriendan con patatas.

Un ejemplo de ello lo podemos encontrar en la magnífica serie ''The Knick'', cuyo protagonista es el no menos magnífico Clive Owen interpretando el papel de un ambicioso y talentoso matasanos de finales del siglo XIX. Nada es complaciente en esta serie, ni siquiera el renombrado doctor, quien adolece de una serie de adicciones nada saludables que lo llevan al borde del abismo personal y profesional. Hay una buena retahíla de secundarios: desde el médico negro que intenta abrirse paso dentro de un mundo lleno de prejuicios raciales, pasando por el corrupto gerente del hospital, la hija del dueño, el oriental que lleva un negocio de drogas y prostitución, más médicos... Pero los que me han cautivado son dos: una monja enfermera que se dedica a practicar abortos clandestinos y su extraña sociedad con el conductor de ambulancias. Ambos personajes están llenos de humanidad, tanto por lo que hacen como por la manera en que lo hacen y sus pequeños momentos de intimidad. Cada uno a su manera, son supervivientes, sobre todo él, un oso enorme que usa un bate de béisbol para disputarse con otros sanitarios el traslado de cualquier enfermo o herido. Son personajes curtidos, sin tonterías, se mueven al margen de lo que hoy llamamos políticamente correcto y que a pesar de sus diferencias se entienden a la perfección.

Niños y niñas, calzaos ''The Knick'', la excelente ''Fargo'', ''House of Cards'', ''Gomorra'' (muy apropiada ) y todas las que he venido recomendando taaaaaaan sabiamente en este foro-blog. Hacedme caso, merluzos.

Ya que estoy, escuchad esta VERSIONACA