''Lo que de verdad importa''

Ayer, María de Villota se encontraba en Sevilla para dar una conferencia en un congreso que lleva como nombre ''Lo que de verdad importa'', sacado del título de un libro que escribió Nicholas Fortsmann un año antes de morir de cáncer de pulmón. Cito: ''Esta última obra íntima, fue un diario: las reflexiones de un hombre que, sabiéndose al final del camino, se pregunta (y se responde) sobre el valor que le damos a los distintos aspectos de nuestra vida, y sobre aquello que más aprecias aunque tal vez ni si quiera seas consciente de ello, sobre las prioridades y los valores con que nos movemos. El libro era, en el fondo, una carta a sus tres hijos pequeños para que no esperaran a tener muchos años, o a tener pocos años por delante -que no esperaran a sufrir una desgracia- para aclararse las ideas sobre lo verdaderamente importante y lo accesorio''.

Como todo el mundo sabe, María era piloto de carreras y hace año y medio sufrió un accidente terrible en el que estuvo a punto de dejarse la vida. Sobrevivió, pero le costó la pérdida de un ojo y una serie de secuelas. A pesar de todo, consiguió superar los traumas y supo ver su experiencia como una segunda oportunidad que le regalaba la vida. Lo que ella quería era ayudar a los demás a cambiar la perspectiva que pudieran tener sobre la vida. Que aprendieran a ver lo esencial y dejar en un segundo plano lo irrelevante. A eso iba María a Sevilla, y también a presentar su libro: ''La vida es un regalo''. Cruel ironía. La vida, que también es muy puta, abandonó a María en la habitación de un hotel antes de que pudiera dar su discurso. Murió una mujer joven, recién casada, inteligente, con un carácter estupendo y que llevaba un parche que le quedaba divino. Tanto cabrón vivo y se nos tienen que ir los buenos, oigan.

María, tocaya, no tengo más que añadir salvo que el tiempo que te fue otorgado por la maldita providencia, lo aprovechaste dedicando tu tiempo a reconfortar a los demás. Descanse en paz alguien que murió a destiempo, pero que descubrió lo que de verdad importa.

 

Las crueles ironías de la vida, que no es que sea muy puta sino mucho peor todavía, me minan la moral cosa mala.

La vida es injusta y exigua con personas que merecen disfrutarla a tiempo completo, y longeva y generosa con gentuza que nadie echaría en falta si desapareciesen.
No sé si las características de la existencia de cada uno dependen del karma, del destino o de la suerte, imagino que unos nacerán con estrella mientras que otros nacemos estrellados, lo que si sé es que lo que de verdad importa en la vida tampoco depende de uno. De poco te sirve saber lo que es y reflexionar al respecto cuando no tienes manera humana de conseguirlo. Y no, no me refiero a cosas materiales ni a la salud.

A María de Villota la vida le brindó una segunda oportunidad y ella la aprovechó intensamente, convirtiéndose en un ejemplo de superación personal y mandando una llamada de atención sobre los valores relevantes de la existencia. Un mensaje buenista y positivo basado en su propia experiencia, que imagino estará descrito en su libro que, desgraciadamente, no podrá presentar. Por un lado el año y medio extra que vivió fue un regalo y como tal lo agradeció siendo consciente de lo afortunada que era. Pero por otro lado eso de fallecer sola, lejos de casa y en un hotel no es manera de abandonar este mundo, al menos ocurrió mientras dormía y seguro que la muchacha ni se enteró. No compensa, pero suaviza el dolor de familiares y amigos por su pérdida.

Evidentemente que el congreso sevillano ha sido suspendido, no imagino a ningún ponente intentando parecer optimista ante este inesperado revés. Pero es que la vida dura hasta que a la parca le da por venirte a buscar y, en el caso de la Sta. de Villota, fue demasiado rápido porque seguro que la parca la recogió en un flamante fórmula uno. Descanse en paz y que su ejemplo cale en el mayor número de personas posible.

Ya sé que no te refieres a cosas materiales ni a la salud, y en sabiendo lo que piensas tengo que decir que estoy completamente de acuerdo contigo. María de Villota antes del accidente pensaba solamente en la Fórmula 1, y después del accidente al no poder conducir en carreras y viéndose viva de milagro, cambió su forma de ver las cosas. Yo como no he vivido esa experiencia y no he hecho nada relevante en la vida ni tengo objetivos (jajaja) pues como que no necesito leer esos libros porque YA ME LO SÉ  

En fin, a mí me ha dado pena de verdad. Me caía muy bien María y el título de libro resulta basante cruel después de lo que le ha pasado.

A mí también me caía bien la muchacha y sentí penuca por lo que le había pasado pero eso no quita que el mensaje optimista que tanto ella como la Fundación transmiten como que no va conmigo.
Admiro que personas que ha sufrido grandes desgracias o tengan algún tipo de discapacidad sean capaces de reponerse, superen la adversidad y logren alcanzar la felicidad ¡Chapeau! por ellos.
Pero como una ha fracasado en todas las facetas de la vida y el optimismo es un lujo que no me puedo permitir, pues yo a lo mío que es intentar sobrevivir como buenamente pueda, a sabiendas de que lo que realmente importa no deja de ser una utopía.

Y sí, el título del libro se las trae, un nuevo ejemplo de lo despiadado que es el destino. ARGH.

No, si a mí el mensaje tampoco me llega, ya me conoces. Hace tiempo escribí en un post el coraje que me dan las historias de superación, porque nos dejan a los demás como un trapo. ¿Es que acaso nos hemos metido con ellos? jajajajajaja. Pero bueno, hoy quise recordar a la buena de María porque me salió de dentro, oiga.

Jajajajajajaja, es verdad que nos dejan fatal, pordiole. Una aquí mirándose el ombligo y quejàndose de tó mientras que personas que tienen todo en contra salen adelante a base de esfuerzo y siempre con una sonrisa. Le hacen sentir a una un ser de lo más miserable. Ainsss.

Me parece estupendo que le hayas rendido tu particular homenaje a tu tocaya, ha sido un gesto muy generoso por tu parte y te honra

Los miserables son ellos, por no callarse y dar la pelma con libritos de autoayuda y mariconadas de esas. ¡¡CALLARSE YA, HOMBRE YA!! jajaja.

Hoy, los miserables directores de la F-1 no han dejado que el minuto de silencio se celebrara en la parrilla de salida. REPUGNANTE.

Jajajajajajaja, qué animala eres, pero sí algo de pelusa sí dan con tanto buen rollo y ver la botella siempre medio llena XDDD.

A ver, preciosidad de la vida ¿qué detalle va a tener el sinvergüenza del Ecclestone si sólo se preocupa por la pasta? No le pidas peras a Luis del Olmo, mujé, que no hay nada qué hacer con esta banda de mafiosos.

Seré animala, pero no voy contando por ahí mis intimidades de autosuperación, no te fastidia, jajajajajajajaja. Pesaos, coñe.

Pero amoavé, es un minuto nada más y hubiese quedado de maravilla, como en las motos. Han quedado como el culo, aunque supongo que se la traerá fresca a esos sinvergüenzas.

Uy por eso no te preocupes que ya las contaré yo por ti, cosa que tiene mucho mérito porque mi discreción es total y absoluta


Han quedao retrataos pero esto ya viene de lejos, la F1 dejó de ser una competición deportiva para convertirse en un circo mediático que sólo sirve para recaudar enormes cantidades de dinero. Pero ya pueden espabilarse porque ver cómo gana la Pepona una y otra vez aburre hasta al aficionado más versado en el tema, que pocos quedan ya.