¿LIBERTAD DE QUÉ?
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¿LIBERTAD DE QUÉ?
Saludos, niños y niñas de este desangelado pero productivo lugar.
Hoy en día se usa la palabra libertad para justificar cualquier comportamiento. Los que la utilizan, incluso con buena intención, no tienen ni la más remota idea de su significado. Supongo que cuando a nadie le ha costado alcanzar un grado aceptable de libertad, no llega a valorarla. Ni a la palabra, ni a su más profundo significado. Centrémonos en la libertad de expresión por un momento.
Según Orwell, la libertad de expresión es ''decir lo que la gente no quiere oír''. Esto es muy interesante.
Para José Luis Sampedro, "Sin libertad de pensamiento, la libertad de expresión no sirve de nada". Pues mira que al revés...
Y ya de coña, Jaume Perich dice que "Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco". Cierto ciertísimo. Al gobernante no suele pasarle nada.
Voltaire, ese magnífico provocador, logra dar en el clavo con este sarcasmo que ahora está muy de moda. No porque lo tomen como sarcasmo (el nivel de la peña no es tan alto), sino como verdad, que es lo lamentable: " Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo". Sobran los comentarios.
Me apoyo en estas eminencias porque jamás me consideré una lumbrera en nada. Sin embargo, cuando pasa algo indignante y la gente reacciona ante ese algo, me empiezo a considerar seriamente -y esto es trágico- muy por encima de mis inmediatos semejantes, cuya supuesta inteligencia veo que degenera hacia un cretinismo irreversible. A los cabrones ya los conozco, lo que me inquieta es la buena gente desnortada. Esa gente llena de tolerancia e intenciones seráficas, que está convencida de que el mundo es Disney... DisneyLAMB. Borregos todos, ganado, corderos que van hacia el matadero silbando la canción de "La casa de la pradera". Un peligro. Pero ¿alguien medianamente equilibrado va a lograr que recuperen el sentido? NO. Es inútil, porque ellos son, ejem, demócratas. Igualito que los que aúllan en su contra llamándoles de todo menos bonitos. Dejarse humillar ES DEMÓCRATA.
El sábado pasado a eso de las nueve, no me acerqué ni al televisor ni a la radio, porque no quise presenciar -una vez más- que una horda de palurdos enloquecidos me insultara. Esa jauría de hienas que jamás ha leído un libro, no pitaba al Rey, no. Iba a dar igual que el Jefe de Estado fuera un Rey, un Presidente de la República o Espinete, cosa que a mí me resulta indiferente. No señores, estos infraseres rebuznaban con silbatos contra España.
Esta manifestación de odio envenenado, según la dehesa buenista es libertad de expresión. Bueno, si seguimos este patrón también podemos aceptar al cocodrilo del Nilo como cariñoso animal de compañía. Entonces, me pregunto yo por qué cuando un tarado le llama mono a un señor de raza negra en un campo, las autoridades pertinentes pueden cerrar ese campo. ¿No es esto también libertad de expresión, queridos míos? Es decir: insultar a un negro es objeto de sanción (que me parece bien), pero insultar a una nación, no lo es. Pues fantástico ¿eh? La lógica es aplastante.
El magnífico jugador y repugnante gentuza llamada Xavi Hernández, en vez de callarse, va y dice algo así como que lo que se tiene que preguntar la gente es por qué pitan al himno nacional. Majetón, igual tú tienes que preguntarte qué demonios haces jugando en la selección nacional y cobrando por ello. Por si todavía no te has dado cuenta, pedazo de imbécil, esa selección pertenece al país al que tú detestas. Pero claro, la pela es la pela, ¿verdad, jeta? Que conste que yo no estoy insultado a Xavi. Sólamente lo estoy definiendo. Siguiendo el razonamiento, si dos equipos cuyas directivas, parte de sus jugadores y parte de su afición son claramente separatistas, ¿qué demonios hacen jugando en la liga española y disputando la Copa de España? Que se piren, ¿no? Nadie les obliga. Pueden jugar en sus respectivas comunidades o irse a Mónaco. Seguro que Albertito El Croupier les pagaría generosamente y a nosotros nos dejarían en paz de una maldita vez. Me resulta patético ver al pobre Iniesta doblegado como un alfeñique, poniéndose de perfil como un cobarde. Va a comprar Calise tu santa madre, hijo. Aunque, qué se le puede pedir al pobre gusano si tenemos a un gobierno cobarde y corrupto que no ha sabido detener esta vergüenza que nos deja a la altura del barro.
Nadie va a hacer nada al respecto, los Xavi, Piqué y chusma semejante, seguirán en la selección española, y las sabandijas separatistas de uno y otro lado seguirán metiéndonosla doblada mientras siguen cobrando de nuestros impuestos. Porque eso sí, para cobrar todos son españoles.
Diego Armando Maradona, que hace tiempo que perdió la chaveta, al menos tuvo un momento de digno cabreo
Hoy en día se usa la palabra libertad para justificar cualquier comportamiento. Los que la utilizan, incluso con buena intención, no tienen ni la más remota idea de su significado. Supongo que cuando a nadie le ha costado alcanzar un grado aceptable de libertad, no llega a valorarla. Ni a la palabra, ni a su más profundo significado. Centrémonos en la libertad de expresión por un momento.
Según Orwell, la libertad de expresión es ''decir lo que la gente no quiere oír''. Esto es muy interesante.
Para José Luis Sampedro, "Sin libertad de pensamiento, la libertad de expresión no sirve de nada". Pues mira que al revés...
Y ya de coña, Jaume Perich dice que "Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco". Cierto ciertísimo. Al gobernante no suele pasarle nada.
Voltaire, ese magnífico provocador, logra dar en el clavo con este sarcasmo que ahora está muy de moda. No porque lo tomen como sarcasmo (el nivel de la peña no es tan alto), sino como verdad, que es lo lamentable: " Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo". Sobran los comentarios.
Me apoyo en estas eminencias porque jamás me consideré una lumbrera en nada. Sin embargo, cuando pasa algo indignante y la gente reacciona ante ese algo, me empiezo a considerar seriamente -y esto es trágico- muy por encima de mis inmediatos semejantes, cuya supuesta inteligencia veo que degenera hacia un cretinismo irreversible. A los cabrones ya los conozco, lo que me inquieta es la buena gente desnortada. Esa gente llena de tolerancia e intenciones seráficas, que está convencida de que el mundo es Disney... DisneyLAMB. Borregos todos, ganado, corderos que van hacia el matadero silbando la canción de "La casa de la pradera". Un peligro. Pero ¿alguien medianamente equilibrado va a lograr que recuperen el sentido? NO. Es inútil, porque ellos son, ejem, demócratas. Igualito que los que aúllan en su contra llamándoles de todo menos bonitos. Dejarse humillar ES DEMÓCRATA.
El sábado pasado a eso de las nueve, no me acerqué ni al televisor ni a la radio, porque no quise presenciar -una vez más- que una horda de palurdos enloquecidos me insultara. Esa jauría de hienas que jamás ha leído un libro, no pitaba al Rey, no. Iba a dar igual que el Jefe de Estado fuera un Rey, un Presidente de la República o Espinete, cosa que a mí me resulta indiferente. No señores, estos infraseres rebuznaban con silbatos contra España.
Esta manifestación de odio envenenado, según la dehesa buenista es libertad de expresión. Bueno, si seguimos este patrón también podemos aceptar al cocodrilo del Nilo como cariñoso animal de compañía. Entonces, me pregunto yo por qué cuando un tarado le llama mono a un señor de raza negra en un campo, las autoridades pertinentes pueden cerrar ese campo. ¿No es esto también libertad de expresión, queridos míos? Es decir: insultar a un negro es objeto de sanción (que me parece bien), pero insultar a una nación, no lo es. Pues fantástico ¿eh? La lógica es aplastante.
El magnífico jugador y repugnante gentuza llamada Xavi Hernández, en vez de callarse, va y dice algo así como que lo que se tiene que preguntar la gente es por qué pitan al himno nacional. Majetón, igual tú tienes que preguntarte qué demonios haces jugando en la selección nacional y cobrando por ello. Por si todavía no te has dado cuenta, pedazo de imbécil, esa selección pertenece al país al que tú detestas. Pero claro, la pela es la pela, ¿verdad, jeta? Que conste que yo no estoy insultado a Xavi. Sólamente lo estoy definiendo. Siguiendo el razonamiento, si dos equipos cuyas directivas, parte de sus jugadores y parte de su afición son claramente separatistas, ¿qué demonios hacen jugando en la liga española y disputando la Copa de España? Que se piren, ¿no? Nadie les obliga. Pueden jugar en sus respectivas comunidades o irse a Mónaco. Seguro que Albertito El Croupier les pagaría generosamente y a nosotros nos dejarían en paz de una maldita vez. Me resulta patético ver al pobre Iniesta doblegado como un alfeñique, poniéndose de perfil como un cobarde. Va a comprar Calise tu santa madre, hijo. Aunque, qué se le puede pedir al pobre gusano si tenemos a un gobierno cobarde y corrupto que no ha sabido detener esta vergüenza que nos deja a la altura del barro.
Nadie va a hacer nada al respecto, los Xavi, Piqué y chusma semejante, seguirán en la selección española, y las sabandijas separatistas de uno y otro lado seguirán metiéndonosla doblada mientras siguen cobrando de nuestros impuestos. Porque eso sí, para cobrar todos son españoles.
Diego Armando Maradona, que hace tiempo que perdió la chaveta, al menos tuvo un momento de digno cabreo
Dirty Harry- fan_insuperable
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Localización : Desde el Infierno
Fecha de inscripción : 06/03/2008
Re: ¿LIBERTAD DE QUÉ?
Milady, por una vez tiene usted toda la razón, pero ya está tardando en volver a escribir algo. ¿Volverá usted o voy recogiendo los muebles?
Worthington- fanatic@
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